jueves, 23 de junio de 2016

El gato con botas - Charles Perraut


EL GATO CON BOTAS

CHARLES PERRAULT




Un molinero dejó, como única herencia a sus tres hijos, su molino, su burro y su gato. El reparto fue bien simple: no se necesitó llamar ni al abogado ni al notario. Habrían consumido todo el pobre patrimonio.

El mayor recibió el molino, el segundo se quedó con el burro y al menor le tocó sólo el gato. Este se lamentaba de su mísera herencia:

-Mis hermanos -decía- podrán ganarse la vida convenientemente trabajando juntos; lo que es yo, después de comerme a mi gato y de hacerme un manguito con su piel, me moriré de hambre.

El gato, que escuchaba estas palabras, pero se hacía el desentendido, le dijo en tono serio y pausado:

-No debéis afligiros, mi señor, no tenéis más que proporcionarme una bolsa y un par de botas para andar por entre los matorrales, y veréis que vuestra herencia no es tan pobre como pensáis.

Aunque el amo del gato no abrigara sobre esto grandes ilusiones, le había visto dar tantas muestras de agilidad para cazar ratas y ratones, como colgarse de los pies o esconderse en la harina para hacerse el muerto, que no desesperó de verse socorrido por él en su miseria.


Cuando el gato tuvo lo que había pedido, se colocó las botas y echándose la bolsa al cuello, sujetó los cordones de ésta con las dos patas delanteras, y se dirigió a un campo donde había muchos conejos. Puso afrecho y hierbas en su saco y tendiéndose en el suelo como si estuviese muerto, aguardó a que algún conejillo, poco conocedor aún de las astucias de este mundo, viniera a meter su hocico en la bolsa para comer lo que había dentro. No bien se hubo recostado, cuando se vio satisfecho. Un atolondrado conejillo se metió en el saco y el maestro gato, tirando los cordones, lo encerró y lo mató sin misericordia.

Muy ufano con su presa, fuese donde el rey y pidió hablar con él. Lo hicieron subir a los aposentos de Su Majestad donde, al entrar, hizo una gran reverencia ante el rey, y le dijo:

-He aquí, Majestad, un conejo de campo que el señor Marqués de Carabás -era el nombre que inventó para su amo- me ha encargado obsequiaros de su parte.

-Dile a tu amo -respondió el Rey- que le doy las gracias y que me agrada mucho.

En otra ocasión, se ocultó en un trigal, dejando siempre su saco abierto; y cuando en él entraron dos perdices, tiró los cordones y las cazó a ambas. Fue en seguida a ofrendarlas al Rey, tal como había hecho con el conejo de campo. El Rey recibió también con agrado las dos perdices, y ordenó que le diesen de beber.

El gato continuó así durante dos o tres meses llevándole de vez en cuando al Rey productos de caza de su amo. Un día supo que el Rey iría a pasear a orillas del río con su hija, la más hermosa princesa del mundo, y le dijo a su amo:

-Sí queréis seguir mi consejo, vuestra fortuna está hecha: no tenéis más que bañaros en el río, en el sitio que os mostraré, y en seguida yo haré lo demás.

El Marqués de Carabás hizo lo que su gato le aconsejó, sin saber de qué serviría. Mientras se estaba bañando, el Rey pasó por ahí, y el gato se puso a gritar con todas sus fuerzas:

-¡Socorro, socorro! ¡El señor Marqués de Carabás se está ahogando!



Al oír el grito, el Rey asomó la cabeza por la portezuela y, reconociendo al gato que tantas veces le había llevado caza, ordenó a sus guardias que acudieran rápidamente a socorrer al Marqués de Carabás. En tanto que sacaban del río al pobre Marqués, el gato se acercó a la carroza y le dijo al Rey que mientras su amo se estaba bañando, unos ladrones se habían llevado sus ropas pese a haber gritado ¡al ladrón! con todas sus fuerzas; el pícaro del gato las había escondido debajo de una enorme piedra.

El Rey ordenó de inmediato a los encargados de su guardarropa que fuesen en busca de sus más bellas vestiduras para el señor Marqués de Carabás. El Rey le hizo mil atenciones, y como el hermoso traje que le acababan de dar realzaba su figura, ya que era apuesto y bien formado, la hija del Rey lo encontró muy de su agrado; bastó que el Marqués de Carabás le dirigiera dos o tres miradas sumamente respetuosas y algo tiernas, y ella quedó locamente enamorada.

El Rey quiso que subiera a su carroza y  lo acompañara en el paseo. El gato, encantado al ver que su proyecto empezaba a resultar, se adelantó, y habiendo encontrado a unos campesinos que segaban un prado, les dijo:

-Buenos segadores, si no decís al Rey que el prado que estáis segando es del Marqués de Carabás, os haré picadillo como carne de budín.

Por cierto que el Rey preguntó a los segadores de quién era ese prado que estaban segando.

-Es del señor Marqués de Carabás -dijeron a una sola voz, puesto que la amenaza del gato los había asustado.

-Tenéis aquí una hermosa heredad -dijo el Rey al Marqués de Carabás.

-Veréis, Majestad, es una tierra que no deja de producir con abundancia cada año.

El maestro gato, que iba siempre delante, encontró a unos campesinos que cosechaban y les dijo:

-Buena gente que estáis cosechando, si no decís que todos estos campos pertenecen al Marqués de Carabás, os haré picadillo como carne de budín.

El Rey, que pasó momentos después, quiso saber a quién pertenecían los campos que veía.

-Son del señor Marqués de Carabás, contestaron los campesinos, y el Rey nuevamente se alegró con el Marqués.


El gato, que iba delante de la carroza, decía siempre lo mismo a todos cuantos encontraba; y el Rey estaba muy asombrado con las riquezas del señor Marqués de Carabás.

El maestro gato llegó finalmente ante un hermoso castillo cuyo dueño era un ogro, el más rico que jamás se hubiera visto, pues todas las tierras por donde habían pasado eran dependientes de este castillo.

El gato, que tuvo la precaución de informarse acerca de quién era este ogro y de lo que sabía hacer, pidió hablar con él, diciendo que no había querido pasar tan cerca de su castillo sin tener el honor de hacerle la reverencia. El ogro lo recibió en la forma más cortés que puede hacerlo un ogro y lo invitó a descansar.

-Me han asegurado -dijo el gato- que vos tenías el don de convertiros en cualquier clase de animal; que podíais, por ejemplo, transformaros en león, en elefante.

-Es cierto -respondió el ogro con brusquedad- y para demostrarlo veréis cómo me convierto en león.

El gato se asustó tanto al ver a un león delante de él que en un santiamén se trepó a las canaletas, no sin pena ni riesgo a causa de las botas que nada servían para andar por las tejas.

Algún rato después, viendo que el ogro había recuperado su forma primitiva, el gato bajó y confesó que había tenido mucho miedo.

-Además me han asegurado -dijo el gato- pero no puedo creerlo, que vos también tenéis el poder de adquirir la forma del más pequeño animalillo; por ejemplo, que podéis convertiros en un ratón, en una rata; os confieso que eso me parece imposible.

-¿Imposible? -repuso el ogro- ya veréis-; y al mismo tiempo se transformó en una rata que se puso a correr por el piso.

Apenas la vio, el gato se echó encima de ella y se la comió.

Entretanto, el Rey, que al pasar vio el hermoso castillo del ogro, quiso entrar. El gato, al oír el ruido del carruaje que atravesaba el puente levadizo, corrió adelante y le dijo al Rey:

-Vuestra Majestad sea bienvenida al castillo del señor Marqués de Carabás.

-¡Cómo, señor Marqués -exclamó el rey- este castillo también os pertenece! Nada hay más bello que este patio y todos estos edificios que lo rodean; veamos el interior, por favor.

El Marqués ofreció la mano a la joven Princesa y, siguiendo al Rey que iba primero, entraron a una gran sala donde encontraron una magnífica colación que el ogro había mandado preparar para sus amigos que vendrían a verlo ese mismo día, los cuales no se habían atrevido a entrar, sabiendo que el Rey estaba allí.

El Rey, encantado con las buenas cualidades del señor Marqués de Carabás, al igual que su hija, que ya estaba loca de amor viendo los valiosos bienes que poseía, le dijo, después de haber bebido cinco o seis copas:

-Sólo dependerá de vos, señor Marqués, que seáis mi yerno.


El Marqués, haciendo grandes reverencias, aceptó el honor que le hacia el Rey; y ese mismo día se casó con la Princesa. El gato se convirtió en gran señor, y ya no corrió tras las ratas sino para divertirse.


FIN

El robo de Brisingamen - Mitología Nórdica

EL ROBO DE BRISINGAMEN - LA LUCHA DE LOKI Y HEIMDALL

Relato anterior  (recomendable leerlo antes que este)


  Aviso: las aclaraciones en rojo son para explicar quiénes son los diferentes dioses u otras palabras mitológicas, si ya los conoces ignóralas

   La diosa Freyja (diosa de la belleza) además de ser hermosa, era amante de las joyas, los adornos y el maquillaje. Un día, mientras viajaba por Svartálfaheim (reino de los elfos oscuros y los enanos), encontró a cuatro enanos que trabajaban en el más maravilloso collar que ella hubiera visto. Inmediatamente, la lleno el irrefrenable deseo de poseer aquel tesoro, que se llamaba Brisingamen y era el emblema de las estrellas.

  Freyja imploró a los enanos que se lo entregaran, pero ellos obstinadamente se negaron, a menos que ella estuviera dispuesta a pasar una noche con cada uno de ellos. La vergüenza era enorme, pero mayor aun era su deseo de poseer aquella joya, así que estuvo de acuerdo. No necesitamos entrar en más detalles sobre lo ocurrido entre la diosa y los enanos, pero cuando Freyja se puso el collar, su belleza fue aun más fulgurante que antes, así que decidió a partir de ese día llevarlo puesto día y noche, y sólo ocasionalmente se le pudo persuadir de prestarlo a alguno de los otros dioses.

 La leyenda cuenta que gracias a su extremada agudeza de oído, Heimdall (dios de la luz) escuchó una noche, el suave sonido de lo que parecían ser pasos de gato en dirección al palacio de Freyja, Folkvang (palacio al que iban la mitad de los caídos en combate) Dirigió su vista de águila en la oscuridad y percibió que el sonido era producido por Loki (dios del engaño), el cual, habiendo entrado sigilosamente en el palacio bajo la forma de una mosca, se había aproximado al lecho de Freyja y estaba intentando robarle su brillante collar de oro, Brisingamen, el emblema de la fertilidad y la armonía de la Tierra.

  Heimdall, el guardián del Bifröst (el puente del arco iris), vio que la diosa se encontraba dormida en una postura que hacía imposible abrir su collar sin ser despertada. Pero el astuto Loki permaneció dubitativo al lado de la cama solo durante unos momentos y entonces comenzó a murmurar las runas que les permitían a los dioses cambiar de forma según su deseo. Mientras Heimdall se encontraba pendiente de la situación, Loki se vio reducido hasta alcanzar el tamaño y la forma de una pulga, tras lo que se deslizó bajo las sábanas y picó el costado de Freyja, haciendo de esta manera que ella cambiara de postura sin ser despertada de su sueño.

 El cierre estaba ahora a la vista y Loki, una vez recuperada su forma de dios, lo abrió cuidadosamente, obtuvo el codiciado tesoro y procedió a marcharse con él sin dilación. Heimdall se lanzó inmediatamente en persecución del ladrón nocturno y le alcanzó rápidamente.

  Desenvainó su espada de la funda con la intención de cortarle la cabeza, cuando el dios del engaño se transformó en una parpadeante llama azul. Rápido como el pensamiento, Heimdall se transformó en una nube y envió rápidamente lluvia para apagar el fuego. Pero el malvado Loki alteró su forma con la misma velocidad para transformarse en un oso polar, que abrió sus fauces para tragarse el agua. Heimdall, sin dejarse intimidar, adquirió entonces a su vez la forma de un oso y atacó ferozmente. Pero como el combate amenazaba con acabar desastrosamente para Loki, se transformó en una foca y tras imitarle Heimdall, el de la dentadura de oro, se libró la última lucha, que concluyó con la derrota de Loki, quien se vio forzado a entregar el collar, que fue debidamente devuelto a Freyja por Heimdall.

Heimdal devuelve a Freyja elBrisingamen robado por Loki.

  En esta leyenda, Loki puede ser tomado como un símbolo de la sequía o de los funestos efectos del calor demasiado ardiente del Sol, que viene a robarle a la Tierra (Freya) su más preciado tesoro (Brisingamen). Heimdall es una personificación salvadora de la lluvia y el rocío gentil, que, tras luchar durante un rato contra su enemigo, la sequía (Loki), termina por derrotarla y le obliga a renunciar a su premio.

  La rivalidad de Loki y Heimdall por Brisingamen es un evento importante, ya que marca un odio mutuo que a futuro los destinará a combatirse en el Ragnarok (el día del fin del mundo).


  Este mito que tiene lugar en el mar, está quizás relacionado con el origen de uno de los nombres de Freyja, "Mardöll" (Brillo del mar), siendo el brillo aquí el del collar robado Brisingamen (brísinga significa "brillante, centelleante").

  Esta es quizás una de las historias que se perdieron sobre los viajes de Freyja en busca de su esposo. Freyja y su marido representaban la situación habitual de algunas familias de nobles en la antigua Escandinavia donde debido a los duros ambientes y las campañas de guerra, los hombres partían en largas jornadas de guerra y las mujeres quedaban a cargo de la casa con un poder considerable.

El nombre secreto de Ra - Mitología Egipcia


EL NOMBRE SECRETO DE RA – EL ORIGEN DE LAS COBRAS

Relato anterior (es recomendable leerlo para entender este)


  Aviso: las aclaraciones en rojo son para explicar quiénes son los diferentes dioses u otras palabras mitológicas, si ya los conoces ignóralas

  Introducción: en la mitología egipcia, el nombre (Ren) era uno de los elementos primordiales del ser humano, junto con el Ka (la fuerza vital), el Ib (el cuerpo) el Ba (el alma), el Aj (el espíritu o fantasma) y el Sheut (la sombra). Ni lo animado ni lo inanimado podía existir si carecía de nombre. Por eso, como elemento mágico, el conocimiento del nombre podía transferir los poderes del ser al que pertenecía. Todos los dioses tenían múltiples nombres, algunos no conocidos, y ese era el caso de Ra (dios del sol). De entre todos existía uno que representaba la fuente de poder del dios y era desconocido por todos los hombres y dioses.

  La leyenda narra que en el inicio del mundo Geb (dios de la tierra) se unió con Nut (diosa del cielo) y tuvieron varios hijos: Isis (diosa madre), Osiris (dios de la resurrección), Neftis (diosa de la muerte), y Seth (dios del mal).  Isis conocía todos los secretos del cielo y de la tierra, ansiaba el conocimiento, y por eso la devoraba el deseo de conocer el nombre secreto de Ra.

  Ra ya era muy viejo. Caminaba con dificultad. Su cuerpo entero temblaba. Sus palabras se escuchaban entrecortadas y como la mayoría de los ancianos, babeaba.

  Isis comenzó a seguirlo a escondidas y cuando una gota de la baba de Ra cayó sobre la tierra formando barro, ella lo recogió y modeló una serpiente, más concretamente la primera cobra. Colocó la serpiente cerca del camino y cuando Ra paseaba, esta lo mordió y luego huyó a ocultarse.

  El veneno corrió rápidamente por el cuerpo de Ra, provocándole un dolor hasta ahora desconocido. Ra gritó con todas sus fuerzas y los dioses corrieron a su encuentro. El dios del sol estaba desconcertado. Sentía que un fuego lo quemaba por dentro y no encontraba explicación a lo sucedido.
Los dioses convocados, lloraban y se lamentaban. Entre estos dioses, se encontraba la astuta Isis que se acercó preguntando:

-¿Qué sucede padre todopoderoso? ¿Acaso te ha mordido una de las serpientes que has creado?

  Ra respondió:

-Me ha mordido una serpiente que yo no he creado. No puedo dejar de temblar. Siento que un fuego abrasador me quema por dentro y me devora.

  Isis se acercó con dulzura y le dijo al oído:

-Si me dices tu nombre secreto, podré hacer uso de mis poderes mágicos y podré sanarte.



  Ra respondió:

-Yo soy el que hizo el cielo y la tierra. El que creó las aguas, los vientos, la luz, la oscuridad. Soy el creador del gran río Nilo. Yo soy Khepri por la mañana, Ra al mediodía y Atum al atardecer.

  A lo que Isis contestó:

-Tú sabes bien, padre todopoderoso, que esos nombres son conocidos por todos. Lo que yo necesito para curarte es tu nombre secreto.

  Ra la tomó de la mano y le susurró al oído:

-Antes que mi nombre pase de mi corazón al tuyo, júrame que no se lo dirás a nadie salvo al hijo que tendrás al que llamarás Horus. Y Horus deberá jurar que el nombre permanecerá en él por siempre. No se lo debe comunicar ni a otros dioses ni a otros hombres.

  Isis realizó su juramento y el conocimiento del nombre secreto pasó del corazón de Ra al corazón de Isis. Entonces, Isis haciendo uso de todos su poderes mágicos dijo:


-¡Arrójate fuera, veneno! ¡Sal fuera de Ra! ¡Oh Ojo de Horus, sal fuera del dios que ha dado origen a la vida por medio de sus palabras! Soy yo quien realiza este hechizo, soy yo quien envía fuera el poderoso veneno, para que caiga sobre la tierra. El gran dios me ha entregado su nombre. ¡Ra vivirá y el veneno morirá!, ¡el veneno muere y Ra vivirá! - Así fue como habló Isis la Grande, Señora de los Dioses, que conoce a Ra en su propio nombre..



  El veneno desapareció y Ra se sintió bien, pero dejó de reinar sobre Egipto. Encontró un lugar en el cielo donde pasear siguiendo la trayectoria del sol.

El origen de Cáncer - Mitología Griega

HÉRCULES Y LA HIDRA DE LERNA - CÁNCER

Relato anterior (es recomendable leerlo para entender este)


(En este texto voy a hablar del héroe Heracles por su nombre romano Hércules, ya que es por el que le conoce la mayoría de gente.)

  Aviso: las aclaraciones en rojo son para explicar quiénes son los diferentes dioses u otras palabras mitológicas, si ya los conoces ignóralas

  Introducción: Según las leyendas, se cuenta que un día Zeus (dios de los dioses) se enamoró de la mortal Alcmena (reina de Micenas), y una noche en la que su marido Anfitrión estaba de viaje se presentó con su aspecto y se acostó con Alcmena, lo que provocó que esta se quedara embarazada de Hércules.

  Hera (diosa del matrimonio), la esposa de Zeus, siempre se había caracterizado por ser celosa, pero este episodio la enfureció aún más que los anteriores debido a que Zeus se mostraba especialmente interesado en la reina mortal. Esto llevó a Hera a la decisión de vengarse mediante el pequeño Hércules, pues sabía que si intentaba castigar directamente a Zeus no conseguiría el efecto que buscaba.

  Desde ese momento Hera se dedicó a invocar todos los castigos que pudo sobre el hijo de su esposo, y estos fueron de una magnitud brutal. Entre los terribles castigos estuvo incluso el de padecer de locura. En uno de estos ataques de locura provocados por la diosa, Heracles mató a su mujer, a sus hijos y a dos de sus sobrinos con sus propias manos.

  Al despertar y descubrir los terribles actos que había cometido, sintió un terrible dolor, y avergonzado, se aisló de la sociedad yéndose a vivir a tierras salvajes. Tras una larga búsqueda, fue hallado por su hermano Ificles (hijo de Alcmena y Anfitrión), que le convenció de que fuera al Oráculo de Delfos (lugar para hablar con los dioses). El Oráculo le dijo que tenía que llevar a cabo una serie de diez trabajos dispuesta por Euristeo, el hombre que había usurpado su legítimo derecho a la corona (Hera había hecho que naciera Euristeo antes que Hércules, haciendo fuera él quién reinara Micenas). A pesar del odio que sentía por el rey aceptó los diez trabajos que le habían impuesto.

  Entre los trabajos (el segundo, más concretamente) estaba el de asesinar a la Hidra de Lerna, una criatura mitológica de terrible aspecto y peor carácter. Vivía en un pantano y tenía un aliento increíblemente venenoso, su cuerpo contaba con nada menos que nueve cabezas de serpiente, y para hacerla más monstruosa aún cuando se cortaba la cabeza que ocupaba la posición central está crecían dos nuevas doblando su tamaño.


  Cuando Hércules se enfrentó a este tremendo monstruo lo hizo con su sobrino Yolao, pues le habían advertido de la dificultad de la misión.

  Hera no pudo resistirse a observar la lucha, y para colaborar con el monstruo envió un gran Cangrejo para que distrajera la atención del joven Hércules, y que fuera destruido con mayor facilidad por la Hidra. El gran animal lo atacó con sus tenazas conviertiéndose en aliado de la diosa, sin embargo Hércules acabó con él. Hera había elegido enviar a un cangrejo y no a otro animal porque la característica del cangrejo es su resistencia, ya que posee una caparazón que lo protege,  y además tiene unas potentes tenazas que puede utilizar para defenderse. En general es poseedor de mucha energía lo que lo vuelve rápido y capaz de dar golpes certeros a sus enemigos.
  
  Yolao tuvo la idea (posiblemente inspirada por Atenea) de usar una tela ardiendo para quemar el muñón del cuello tras cada decapitación, para evitar así que las dos nuevas cabezas brotasen. Llevaron pues esta idea a cabo, Hércules cortó todas las cabezas y Yolao quemó los cuellos abiertos, matando así a la Hidra. Hércules tomó entonces su única cabeza inmortal y la enterró bajo una gran roca en el camino sagrado entre Lerna (una región de manantiales y lagos) y Eleunte (ciudad a orillas de Helesponto), mojando sus flechas en la sangre venenosa de la Hidra y completando así su segundo trabajo.

  Más tarde este trabajo no se contó como uno de los diez ya que había estado acompañado por Yolao, y esto hizo que tuviera que hacer un trabajo más.

  Curiosidad: El nombre romano de la diosa Hera es Juno, que representa el mes junio, este mes es uno de los meses en los que más se ve la constelación Cáncer. Este hecho simboliza la estrecha relación que existía entre la diosa Hera y la única constelación que había creado, Cáncer.