EL NOMBRE SECRETO DE RA – EL ORIGEN
DE LAS COBRAS
Aviso: las aclaraciones en rojo son para explicar quiénes son los diferentes dioses u otras palabras mitológicas, si ya los conoces ignóralas
Introducción: en la mitología
egipcia, el nombre (Ren) era uno de los elementos primordiales del ser humano, junto
con el Ka (la fuerza vital), el Ib (el cuerpo) el Ba (el alma), el Aj (el espíritu o fantasma) y el Sheut (la sombra). Ni lo animado ni lo inanimado podía
existir si carecía de nombre. Por eso, como elemento mágico, el conocimiento
del nombre podía transferir los poderes del ser al que pertenecía. Todos los
dioses tenían múltiples nombres, algunos no conocidos, y ese era el caso de Ra (dios del sol).
De entre todos existía uno que representaba la fuente de poder del dios y era
desconocido por todos los hombres y dioses.
La leyenda narra que en el inicio del mundo Geb (dios
de la tierra) se unió con Nut (diosa del
cielo) y tuvieron varios hijos: Isis (diosa madre), Osiris (dios de la
resurrección), Neftis (diosa de la muerte), y Seth (dios del mal). Isis conocía todos los secretos del cielo y de
la tierra, ansiaba el conocimiento, y por eso la devoraba el deseo de conocer
el nombre secreto de Ra.
Ra ya era muy viejo. Caminaba con
dificultad. Su cuerpo entero temblaba. Sus palabras se escuchaban entrecortadas
y como la mayoría de los ancianos, babeaba.
Isis comenzó a seguirlo a
escondidas y cuando una gota de la baba de Ra cayó sobre la tierra formando
barro, ella lo recogió y modeló una serpiente, más concretamente la primera
cobra. Colocó la serpiente cerca del camino y cuando Ra paseaba, esta lo mordió
y luego huyó a ocultarse.
El veneno corrió rápidamente por
el cuerpo de Ra, provocándole un dolor hasta ahora desconocido. Ra gritó con
todas sus fuerzas y los dioses corrieron a su encuentro. El dios del sol estaba
desconcertado. Sentía que un fuego lo quemaba por dentro y no encontraba
explicación a lo sucedido.
Los dioses convocados, lloraban y
se lamentaban. Entre estos dioses, se encontraba la astuta Isis que se acercó
preguntando:
-¿Qué sucede padre todopoderoso?
¿Acaso te ha mordido una de las serpientes que has creado?
Ra respondió:
-Me ha mordido una serpiente que
yo no he creado. No puedo dejar de temblar. Siento que un fuego abrasador me
quema por dentro y me devora.
Isis se acercó con dulzura y le
dijo al oído:
-Si me dices tu nombre secreto, podré hacer uso de mis poderes mágicos y podré sanarte.
-Si me dices tu nombre secreto, podré hacer uso de mis poderes mágicos y podré sanarte.
Ra respondió:
-Yo soy el que hizo el cielo y la
tierra. El que creó las aguas, los vientos, la luz, la oscuridad. Soy el
creador del gran río Nilo. Yo soy Khepri por la mañana, Ra al mediodía y Atum
al atardecer.
A lo que Isis contestó:
-Tú sabes bien, padre todopoderoso, que esos
nombres son conocidos por todos. Lo que yo necesito para curarte es tu nombre
secreto.
Ra la tomó de la mano y le
susurró al oído:
-Antes que mi nombre pase de mi
corazón al tuyo, júrame que no se lo dirás a nadie salvo al hijo que tendrás al
que llamarás Horus. Y Horus deberá jurar que el nombre permanecerá en él por
siempre. No se lo debe comunicar ni a otros dioses ni a otros hombres.
Isis realizó su juramento y el
conocimiento del nombre secreto pasó del corazón de Ra al corazón de Isis. Entonces, Isis haciendo uso de
todos su poderes mágicos dijo:
-¡Arrójate fuera, veneno! ¡Sal fuera de Ra! ¡Oh Ojo de Horus,
sal fuera del dios que ha dado origen a la vida por medio de sus palabras! Soy
yo quien realiza este hechizo, soy yo quien envía fuera el poderoso veneno,
para que caiga sobre la tierra. El gran dios me ha entregado su nombre. ¡Ra
vivirá y el veneno morirá!, ¡el veneno muere y Ra vivirá! - Así fue como habló
Isis la Grande, Señora de los Dioses, que conoce a Ra en su propio nombre..
El veneno desapareció y Ra se
sintió bien, pero dejó de reinar sobre Egipto. Encontró un lugar en el cielo
donde pasear siguiendo la trayectoria del sol.
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